La Palabra,
Isaias 55, 10-11
Como baja la lluvia y la nieve de los cielos
y no vuelven allá sin haber empapado la tierra,
sin haberla fecundado y haberla hecho germinar,
para que dé la simiente para sembrar y el pan para comer,
así será la palabra que salga de mi boca.
No volverá a mí con las manos vacías
sino después de haber hecho lo que yo quería,
y haber llevado a cabo lo que le encargué.
A ti catequista
aplicas estas palabras a tu vida
¿llega la palabra a tu persona?
¿penetra en tu interior?
¿esta palabra te cambia la vida?
¿eres semilla de la palabra para los demás?
Salmo 119, 105.
Para mis pasos tu palabra es una lámpara,
una luz en mi sendero.
Tomado de http://www.buenasnuevas.com
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